Sepia officinalis es un cefalópodo comestible, muy apreciado y de gran importancia comercial. Muy popular y conocido, su identificación léxica no les plantea ninguna duda.
Tres denominaciones principales recibe esta especie: choco, jibia y sepia, en orden decreciente de frecuencia de ocurrencia. Las tres las encontramos en prácticamente todo el litoral andaluz, si bien no recogimos sepia y jibia en los puertos atlánticos más occidentales, desde Ayamonte a El Rompido, ni choco en los puertos mediterráneos más orientales, desde Roquetas a Garrucha.
Para Corominas y Pascual (1980), choco ‘jibia pequeña’, tiene un origen incierto, tal vez del gallego- portugués choco ‘clueco, huero’, por la posible similitud de la tinta que suelta el choco para camuflarse y la yema líquida de un huevo pasado, casi hueco o vacío. Sin embargo, aventuramos que podría atribuirse también al cuerpo o manto del animal vacío, una vez preparado para cocinarlo, limpio y desprovisto de sus órganos internos y de la cabeza y tentáculos. Los mismos autores indican que sepia procede del latín sepia, que es el nombre del molusco en esta lengua, del que también viene jibia, tomado del mozárabe xibia.
Otros nombres recogidos para Sepia officinalis, dispersos por los puertos andaluces pero expuestos en orden geográfico de oeste a este, son los siguientes:
- choco de trasmallo (Sanlúcar), en relación a una de las modalidades de pesca con la que se le captura, para señalar la buena calidad y frescura del producto así obtenido, frente a la de los chocos cogidos al arrastre, que vienen más estropeados,
- choco macho (Chipiona), otro nombre de los especímenes grandes, ya que en esta especie existe cierto dimorfismo sexual, por el que los machos exhiben unos característicos dibujos dorsales, mientras que las hembras son de coloración más apagada y uniforme,
- tarca (El Puerto), también referido, según el informante, a los ejemplares grandes; tarca es una alteración del antiguo término tarja ‘escudo’, tomado del francés targe y este del germánico targa ‘escudo’ (Corominas y Pascual, 1980), que se basa en la forma trapezoidal del manto y la dureza de su parte dorsal, debida a la concha calcárea que se encuentra inmediatamente debajo de la piel. En la época medieval estos escudos se decoraban con grabados, remaches y muescas, que recordarían a los mencionados dibujos dorsales de los machos,
- cachón (Cádiz), que es un nombre típico de Cantabria, que, por lo que leemos en Corominas y Pascual (1980), podría referirse a la forma de vasija o barrilito que tiene el manto del molusco,
- choco criollo (Puerto Real), «nacido aquí, en la bahía», según el informante, pero también para designar a los ejemplares chicos,
- petaca y petaquita (Conil, Barbate), por tener el cuerpo, o manto, en forma de estuche, como los usados para guardar cigarros o tabaco (RAE), y
- chopo (Málaga, Caleta de Vélez) y chopato (Málaga), variantes de choco, propias de puertos mediterráneos.
Puertos del Atlántico
Ayamonte
choco
Isla Cristina
choco
El Terrón
choco
El Rompido
choco
Punta Umbría
choco, sepia
Huelva
choco, jibia
Mazagón
choco
Bonanza
choco, sepia, choco de trasmallo
Chipiona
choco, jibia, sepia, choco macho
Rota
choco, sepia
El Puerto de Santa María
choco, jibia, sepia, tarca
Cádiz
choco, cachón, jibia
Puerto Real
choco, jibia, sepia, choco criollo
Gallineras
choco, sepia
Sancti Petri
choco, jibia, sepia
Conil de la Frontera
choco, jibia, petaquita
Barbate
choco, jibia, petaca
Tarifa
choco, jibia, sepia
Puertos del Mediterráneo
Algeciras
choco, jibia, sepia
La Atunara
choco, jibia, sepia
Estepona
jibia, choco
Marbella
jibia, sepia
Fuengirola
jibia, choco, sepia
Málaga
chopo, chopato, jibia
Caleta de Vélez
chopo, jibia, choco, sepia
Almuñécar
jibia, choco, sepia, chipia
Salobreña
sepia
Motril
jibia, choco, sepia, chipia
Castell de Ferro
sepia, jibia
Adra
jibia, choco
Roquetas de Mar
jibia, sepia, chipia
Almería
jibia
Cabo de Gata
jibia
Carboneras
jibia, sepia
Garrucha
jibia, sepia
Sepia
Sepia (Sepia Officinalis)
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3P: 0gr a 75gr 2P: 75gr a 150gr P:150gr a 250gr M:250gr a 400gr
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